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Después de un retorno triunfal a los escenarios, pateándose toda España y gran parte de América con el reclamo de los grandes éxitos que reaparecían y revivían en su disco en directo, Ilegales regresan también al estudio de grabación para registrar “Si la muerte me mira de frente, me pongo de lao”.
Se nota que el grupo llevaba cinco años sin grabar nuevas canciones, algo inusitado en un artista de una carrera tan larga, que usualmente publica un disco cada año o cada dos años, pero éste no es el caso de Ilegales… El largo silencio dio tiempo a una larga gestación de las canciones, que han pasado por un filtro exhaustivo y son tan redondas cuando llegan al estudio, que el resultado sorprende positivamente a propios y extraños. La variedad es una de las principales armas del álbum, tan rico en mensajes como registros, desde el twist en “Como lo haces tú”, hasta el rock duro en “Vuelven los problemas”, pasando por los acertados tiempos medios marca-de-la-casa de “Chica del Este”, la balada en “Libérate”, o la adaptación ilegal de un rock de Leiber&Stoller en “Motín en la prisión”.
Seguros de su disco, dan un paso novedoso, o más bien precursor, al fundar su propia discográfica, La Casa del Misterio, augurando que se acerca una hecatombe en el mundo de la música, que llevará a todos los grupos a seguir sus pasos y prescindir de discográficas … Ciertamente profético, brillante y, sin duda, oportuno, porque el disco alcanza puestos relevantes en las discos más vendidos del país nada más ponerse a la venta y así es como Ilegales se convierten en uno de los pocos grupos que es beneficiario principal de su propio trabajo.
El disco viene acompañado de una exhaustiva gira que recorre España de arriba abajo, con afluencias que recuerdan por momentos los grandes éxitos de veinte años antes; pero sobre todo, mantienen la hegemonía en América, recorriendo EE.UU., México, Colombia y Ecuador ante las mayores audiencias de la historia ilegal.
El descanso después de este último gran baile, hace resucitar la ilusión por un viejo proyecto de Jorge Martínez: su carrera en solitario junto a Los Magníficos, un nuevo grupo que se aleja estilísticamente de la urgencia punk-rock de Ilegales y va a requerir especial concentración, alejándose de su banda de siempre.
Ilegales entran por última vez en el estudio en el verano de 2009, en esta ocasión para grabar cinco nuevas canciones. Todas ellas aparecerán en la colección de la discografía del grupo, junto a otras cinco inéditas y tres más extraídas de una maqueta de Los Metálicos, rescatadas de la noche de los tiempos y de las voraces estanterías de la casa más desordenada del mundo.
Estas palabras son escritas en octubre de 2009 para acompañar en forma de libro a “126 canciones Ilegales”. En este instante, Ilegales pone un punto y aparte en su carrera. Se escribirá un nuevo párrafo en forma de gira de despedida a lo largo de 2010, pero no se sabe qué ocurrirá después, porque empieza un nuevo capítulo: Jorge Ilegal y Los Magníficos, pero como decía Kipling, eso es otra historia.